"La Observación (...) es la inspección y estudio realizado por el investigador, mediante el empleo de sus propios sentidos, especialmente de la vista, con o sin ayuda de aparatos técnicos, de las cosas y hechos de interés social, tal como son o tienen lugar espontáneamente (...), o preparados o manipulados, es decir controlados de alguna forma por el investigador (...), en el tiempo que acaecen y con arreglo a las exigencias; de la investigación científica." (Sierra Bravo, Restituto; 1984, p.253 y ss.).
La Observación es una práctica que todos los hombres realizan, pero que encuentra diferencias en la profundidad y la forma en que estructuran su mirada al contactarse con diversos fenómenos sociales. La vida cotidiana se encuentra guiada muchas veces por la observación, enmarcada en el sentido común y teñida, sin ser percibido y analizado, de las subjetividades de quienes observan y de quienes son observados.
Restituto Sierra Bravo enumera cinco condiciones indispensables para que la observación realice el pasaje de "lo cotidiano" a "lo científico", y emerja como herramienta, al servicio de la investigación, para la construcción de datos capaces de producir teorías:
♦ Que sea planificada y se realice sistemáticamente.
♦ Que esté relacionada con proposiciones científicas más generales.
♦ Que se empleen técnicas objetivas, es decir que aspire a observar registrar e interpretar los hechos en forma tal que otras investigaciones puedan verificar sus hallazgos.
♦ Que esté sujeta a algún control para comprobación de su validez y fiabilidad." (Sierra Bravo, R.; ib. p.252 y ss.).
VII- 2. LA OBSERVACIÓN Y LA FENOMENOLOGÍA
La perspectiva teórica en la que se enmarca la observación es la Fenomenología (Sierra Bravo, R.; op. cit.)12, quien encuentra sus máximos exponentes en filosofía y sociología a Berger y Luckmann, Bruyn, Husserl, Psathas, Schutz, entre otros. "El fenomenólogo quiere entender los fenómenos sociales desde la pro pia perspectiva del actor. Examina el modo en que se experimenta el mundo. La realidad que importa es lo que las personas perciben como importante."(Taylor y Bodgan, ib., p.16).
Esta mención de la Fenomenología no implica que la técnica de observación le sea propia, otras lí neas teóricas también pueden llevarla a cabo así como el'resto de técnicas cualitativas.
Dentro de la Fenomenología se destacan dos escuelas de pensamiento en las ciencias sociales, el interaccionismo simbólico y la etnometodología.
El interaccionismo simbólico se centra en los significados sociales que las personas asignan al mundo que las rodea, a través de un proceso de interpretación. Éste actúa como intermediario entre los significados o predisposiciones a actuar de cierto modo y la acción misma.
La etnometodología busca examinar como las personas aplican su bagaje cultural y el sentido común a las situaciones que se les presentan, apareciendo estas acciones como rutinarias, explicables y carentes de ambigüedad. Los significados son una construcción práctica por parte los miembros de la sociedad. Los etnometodólogos centran su estudio en la realidad de la vida cotidiana (Taylor y Bodgan, ib.).
VII - 3. CLASES DE OBSERVACIÓN VII- 3.1.
Observación Pre-científica
"La observación pre-científica, más que una técnica concreta, es una disposición de ánimo, una actitud ante la realidad social." (Sierra Bravo, R., 1988, p.256). Es un elemento que no debe faltar en todo dentista social, es ese interés por los hechos de la vida de las personas, su capacidad para juzgarlos y clasificarlos, y la intuición por los problemas de interés para una investigación científica.
Este tipo de observación no sólo es válida para el investigador porque toda realidad requiere un cono cimiento extenso y profundo, sino también como herramienta de búsqueda de cuestiones a investigar y de sugerencia de hipótesis significativas.
VII - 3.2. Observación Global
"Consiste en un primer contacto general con el área donde se piensa desarrollar una investigación para obtener un conocimiento básico de la misma en sus aspectos fundamentales, que sirva posteriormente de guía en la preparación y ejecución de la encuesta o estudio proyectado. Una forma de observación global es la preencuesta." (Sierra Bravo, R.; ib., p.256)
La finalidad de la preencuesta es profundizar el campo al que se va a referir el estudio, y conocer sus características generales (Sierra Bravo, R.; idem).
VII - 3.3. Observación experimental
"Consiste en el estudio de grupos y fenómenos, preparados o manipulados por el investigador." (Sierra Bravo, R.; ib., p.268). Esta técnica consiste principalmente el control del objeto de la investigación que supone toda experimentación.
Sierra Bravo cita cinco fases que sigue la observación experimental:
♦ Preparación de dos grupos o situaciones idénticas o lo más similares posibles.
♦ Observación o medición inicial simple de ambos grupos.
♦ Modificación de uno de los grupos o situaciones, haciendo incidir sobre él una variable (estímulo).
♦ Nueva observación y medición de ambos grupos, especialmente en cuanto a la variación producida por el estímulo en el grupo o fenómeno sometido a él.
♦ Comparación de los resultados obtenidos en los grupos mediante la medida de las diferencias entre la situación final e inicial de cada uno de ellos.
Hay tres elementos básicos que intervienen en la observación experimental: "el ambiente en general en el que se efectúa el experimento, los grupos que se contraponen o comparan y el estímulo o variable experimental que se hace incidir sobre el grupo experimental." (Sierra Bravo, R.; ib.). Estas variables deben ser controladas por el investigador quien las manipulará de acuerdo a sus objetivos.
Pueden diferenciarse dos tipos de observación experimental, la de laboratorio y la de terreno o de campo.
La de laboratorio, también conocida como cámara Gesel, consiste en una sala mediana, amueblada, con micrófonos, cámaras y otros aparatos de registro. Puede tener también teléfono para conectarse con el observador, que se encuentra detrás de un espejo que le permite ver sin ser visto.

La observación de terrena o de campo, consiste en manipular variables sobre determinados grupos, en su contexto y no en laboratorio, perdiendo el investigador el control del ambiente.
Continuando con el texto citado, se proponen cuatro operaciones preparatorias para la realización del experimento:
♦ Análisis de la hipótesis y determinación del estímulo.
♦ Formación de los grupos experimental y de control.
♦ Medición de estos grupos, antes y después del estímulo.
♦ Construcción del modelo del experimento y significación de los resultados.
VII - 3.4. Observación no participante
Si bien en la observación experimental el observador no participa, se conoce como observación no participante a aquella que se aplica cuando "el comportamiento que interesa a la investigación transcurre en situaciones definidas como públicas y en la que se da el rol mínimo del no participante al observador." (Mayntz, R.; op. cit. p.128).
Éste podrá concentrar toda su atención a observar, ya que no se verá afectado directamente por las exigencias de los sucesos. Sin embargo, al no poder provocar por su propio comportamiento la aparición de determinadas secuencias de comportamiento por las que se interesa, deberá esperar a que se presenten en el desarrollo natural de la acción.
El rol del observador es introducido explícitamente en el campo, con lo que aparece el peligro de modificar el suceso observado, es decir que la situación deje de ser "natural". Esto se potenciará cuanto más privada, confidencial o secreta sea la situación. La observación no participante podrá se llevada a cabo con éxito "si se sabe que la introducción del rol de observador no va a modificar sensiblemente el proceso social, o si las posibles modificaciones son controlables." (Mayntz, R.; ib, p.128).
VII- 3.5. Observación Participante
Este tipo de observación se da cuando el investigador se mezcla con los actores observados y participa en sus actividades junto a ellos.
Es característico que la Antropología y la Etnografía utilicen esta técnica, consistiendo sus estudios en los resultados de la convivencia de los científicos con diversas comunidades. Los profesionales y/o técnicos de las Ciencias Sociales (trabajador social, sociólogo, antropólogo) deben cuidar no caer en la confusión de que su permanencia y trabajo en campo, en cualquier institución o área, es "observación participante". "La práctica investigadora es distinta de la práctica teórica y ambas diferentes de la práctica de la acción o intervención social (...), deducir que todo trabajador social es un investigador social, productor continuo de teoría científica, es obviamente una exageración." Zamanillo, T. y Gaitán, L., 1991, p.107). Difícilmente la información que brinda el campo se transforme en datos para una investigación, ya que esta construcción debe hacerse a priori, con un orden específico para una posterior codificación y tratamiento de estos datos. Seguramente la práctica inducirá al trabajador social determinados problemas de investigación, y es cuando se decide a investigar que comienza a construir los datos que necesitará para su estudio.
VII - 4. ACERCA DE LA OBSERVACIÓN PARTICIPANTE
El primer punto a tener en cuenta a la hora de encarar una investigación utilizando la técnica de la observación participante es que su diseño será permanentemente flexible, tanto antes como durante el tiempo que permanezca el investigador en el campo. Este encarará su trabajo trayendo consigo interrogantes de dos tipos: substanciales, relacionados con problemas específicos particulares del escenario en el que actuará, y teóricos, relacionados a problemas sociológicos básicos. El escenario ideal para el investigador será aquel en el cual pueda obtener fácilmente el acceso, estableciendo una buena relación con los informantes inmediatamente y donde pueda recoger datos directamente relacionados con sus intereses investigativos. Podrá lograr la entrada a las organizaciones a través de los denominados "porteros", que son aquellas personas que conceden el permiso para la inserción y quienes lo acercan al resto de los actores. Es de utilidad en este punto la técnica de la "bola de nieve", los primeros informantes conducen a otros y estos a otros sucesivamente.
Hay tres puntos que el observador deberá tener en cuenta a la hora de relacionarse con la gente:
•Comprometerse con la comunidad estudiada.
• Concurrir a los lugares e instituciones propias de los actores.
• Dar a conocer a las personas sobre su actividad allí, ya sea en forma particular con cada actor, o utilizando técnicas de publicidad.
VII- 5. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA OBSERVACIÓN
"La observación como cualquier otro procedimiento científico plantea una serie de cuestiones acerca de sus pros y contras en la investigación social" (Giobellina Brumana, F., en Giobellina Brumana, F., 1995), siguiendo a este autor entre las ventajas podemos destacar:
a - La obtención de información independiente tanto del deseo como de la voluntad de proporcionarla y de la capacidad y veracidad de las personas que integran el grupo o comunidad en estudio. La observación permite acercarse al estudio de la realidad social con independencia de lo expuesto mediante palabras o textos por sus protagonistas. Del mismo modo, permite acceder a información que, por ser considerada de escasa importancia por los sujetos en observación, es omitida en otros procedimientos de datos.
b - Los fenómenos pueden ser estudiados en conjunto, con un carácter de totalidad. La observación permite estudiar los hechos y fenómenos dentro de un contexto, facilitando la percepción de comportamientos y acontecimientos en vivo, haciendo posible la obtención de información sobre los hechos tal como suceden.
c - Por último, la realidad social es estudiada, dentro de lo posible, sin "intermediarios", con lo que se evitan posibles distorsiones por la acción e interpretación que los sujetos en observación pueden efectuar en el proceso de proporcionar información. Esta dificultad u obstáculo reside en la falta de correspondencia entre el pensamiento y la palabra que lo expresa, entre la palabra y ia acción."
VII - 6. LA SISTEMATIZACIÓN Y EL REGISTRO EN LA OBSERVACIÓN
"Tanto la observación en sí como el registro de los hechos observados deben adaptarse a unas reglas de procedimiento que al seguirlas, permitan el uso de la lógica de la inferencia científica y satisfagan los principios de intrasubjetividad, de intersubjetividad y de validez de la observación científica." (García Ferrando, M. y Sanmartín, R., en García Ferrando, M., op. cit., p.l 19). El Registro que se realiza durante la construcción de datos a través de la observación ocupa un lugar fundamental, ya que será sobre ellos que se trabajará en el momento del análisis e interpretación de los datos, propio de toda investigación científica. De esta forma es importante no descuidar las anotaciones diariamente, intentado sean veraces y completas.
Las notas que tome el investigador, llamadas "de campo" deberán ser detalladas, y escritas no mucho tiempo después de haber ocurrido la observación, en caso de no ser conveniente hacerlo en el escenario. Deberá esforzarse en que sean amplias y completas, tratando de explicitar todo, ya que el investigador no puede confiar en su memoria, especialmente cuando la observación implicará mucho tiempo en el campo. "Aquellos que se deciden por los métodos cualitativos porque parecen más fáciles de aplicar que la estadística tendrán un despertar abrupto." (Taylor y Bodgan, op. cit., p.74). El trabajo de observación requiere en pos de su validez científica mucha dedicación al registro riguroso y sistemático, que implica tiempo de escritorio para la redacción de los hechos.
No deben dejarse de lado ningún dato, ya que la información que hoy parece innecesaria, a la luz de acontecimientos futuros puede convertirse en importante para el análisis. Seguramente después de estar un tiempo prudenciable en el escenario, el observador podrá comenzar a ser más selectivo en sus anotaciones.
Es aconsejable que otra persona lea periódicamente los registros. Esto estimulará que las notas sean completas y entendibles para que otro logre entenderlas. Quizás también pueda señalar cuestiones que estén escapando al investigador.
VII - 7. LAS CATEGORÍAS COMO ESTRUCTURA DE LA OBSERVACIÓN
"Incluso en la observación participante debe darse un mínimo de estructuración, para que tenga carácter científico". (Mayntz, R.; op. cit., p.122). Esta estructuración será dada por las categorías de observación que el investigador definirá a priori, y en torno a las que se ordenarán las observaciones relevantes. Cada categoría debe definirse operacionalmente.
VII - 8. EL INVESTIGADOR-OBSERVADOR
Toda observación implica un proceso social en el cuál se establecen relaciones que se crean, seleccionan y evalúan con el fin de obtener información. (Junker, B.; 1972, Cap. IV). El observador ingresará al escenario, y comenzará a protagonizar estas relaciones con las personas que él se propone observar.
El observador se ocupa principalmente de las comunicaciones y sus modos de transmisión, pero presta atención simultánea a dos dimensiones:
a) la información en sociedad, en donde se evalúa según el criterio que determine lo que puede ser público o privado de comunicar:
1 - Público: es lo que todos saben y se puede comunicar.
2 - Confidencial: es lo que se dice en confianza, de manera que si bien se puede publicar debe protegerse el anonimato del informante;
3 - Secreto: es lo que conocen los miembros de un grupo y evitan que sea conocido por extraños, puede ser reproducido y transmitido, siempre que se preserve el anonimato.
4 - Privado, es personal y sólo puede relatarse con la anuencia del otro.
b) La que se establece según el rol social teórico del observador:
1 - El participante integral: el observador se convierte en miembro integral del grupo y sus actividades de observación se disimulan completamente. Corre el riesgo de ser considerado un espía y debe estar dispuesto a enfrentar problemas de ética y responsabilidad profesional.
2 - Participante como observador: en este caso, las actividades como observador están subordinadas a las actividades como participante, pero este rol puede limitar el acceso a cierta información.
3 - Observador como participante: las actividades del observador se conocen públicamente desde el principio.
4 - Observador integral: se da en grupos que no existen naturalmente en la sociedad; el observador no interactúa con los participantes.
Finalmente, siempre que se encare la técnica de la observación, así como las restantes, no debe ser ignorado un principio que Garfinkel (Schwartz, H. y Jacobs, J., op. cit., p.79) ha destacado: el principio de reflexividad. "Este principio postula que las descripciones relativas a algún aspecto del mundo social están simultáneamente dentro del mundo mismo que describen (son parte de él) (...) Las descripciones en el mundo social, como están dentro de ese mundo, afectan simultáneamente a las relaciones sociales, ejecutan valoraciones morales, producen consecuencias políticas, morales y sociales, etcétera. Las descripciones casi siempre "hacen" muchas más cosas en una situación social que simplemente "informar" de una serie de hechos.
Fernández, B. R. (2013). Evaluación psicológica: conceptos, métodos y estudio de casos (2a. ed.). Madrid, ES: Difusora Larousse - Ediciones Pirámide. (Pp. 193 -234).
Observación
ROCIÓ FERNÁNDEZ BALLESTEROS
La observación es la estrategia fundamental del método científico, y, por tanto, cualquier técnica de recogida de información en evaluación psicológica conlleva, de una u otra forma, observación. La observación es, además, una conducta humana universal que ocurre, también, en la situación de evaluación entre el sujeto y el evaluador y que se produce sea cual fuere el modelo teórico de éste. Sin embargo, no sería correcto decir que todas las técnicas de recogida de información en evaluación psicológica son técnicas observacionales; existen una serie de características delimitadoras de lo que es un método observacional:
1. Quien observa es un experto (participante o no participante en la situación pero nunca el propio sujeto) o ha sido entrenado para observar deliberadamente, aunque sea brevemente. Así, hay que resaltar que estamos incluyendo como método observacional la observación deliberada realizada por personas allegadas al sujeto.
2. Lo que se observa, generalmente, es un hecho que ocurre en la situación de observación, preferentemente una situación natural o una situación análoga o artificial, preparada para reproducir el comportamiento que ocurre en la situación natural. Por supuesto, el «hecho» que se observa puede variar en su nivel de molaridad-molecularidad o la traducción que realiza el observador puede tener distintos niveles de inferencia.
3. Se observa de forma sistemática, por lo que la observación conlleva un protocolo u hoja de registro preparada al efecto que puede tener distintos niveles de estructuración, admitiéndose desde un protocolo simple que permite
la anotación narrativa (llamada por algunos autores observación ad líbitum) hasta los más sofisticados códigos de observación.
UNIDADES DE ANÁLISIS (¿QUÉ OBSERVAR?)
Como señala Fiske (1978), existen distintas formas de enfocar el concepto de «unidad» de observación. Por unidad puede entenderse el objeto que se pretende estudiar; es decir, en nuestro caso, una persona, grupo, institución, etc. No obstante, ya se ha dicho que no se pretende evaluar a personas como objetos, sino sus manifestaciones conductuales, por lo que el objeto observado será un evento conductual. En segundo lugar, tales eventos se producen en un continuo temporal; en este caso nuestra unidad también podría referirse a un concreto segmento en el tiempo —más o menos amplio— del continuo de conducta. Por otra parte, sobre las unidades de hecho observadas, el observador suele realizar muy distintos niveles de inferencia: descripción, clasificación, explicación; todo ello es dependiente del marco referencial teórico de base. Por último, pueden ser consideradas como unidad de análisis las interacciones habidas entre las actividades de la/s persona/s y los elementos ambientales (estímulos físicos y sociales).
2.1. Continúo del comportamiento
Desde una perspectiva ecológico-naturalista, el objetivo es observar todo el continuo de conducta tratando de registrar de forma descriptiva la mayor parte de eventos que ocurren en un contexto natural en amplias unidades de tiempo.
Las características fundamentales de este tipo de observación son las siguientes:
1. No se realiza una previa especificación de las conductas o atributos a observar.
2. Se observa en tiempo real y de forma continua, en muchos casos sin que la duración de la sesión sea especificada previamente. 3. Las descripciones se realizan sobre aspectos verbales, no verbales y/o espaciales de la conducta,
pudiendo ser compaginados éstos con impresiones del observador sobre lo observado.
2.2. Atributos
Los psicólogos del rasgo, psicodinámicos y constructivistas han utilizado la observación como base bien para la obtención de atributos, bien para el examen de otras construcciones teóricas. Así, de la observación de la conducta manifiesta —verbal, no verbal o espacial— se infieren determinadas características que se supone están siendo expresa- das por dicha conducta. Así, por ejemplo

2.3. Conductas
La prescripción desde una perspectiva conductual es la utilización como unidades de análisis de la conducta manifiesta —motora o verbal— definida bien en términos simples, bien agrupada en clases o categorías. Como señalan Cone y Foster (1982), la definición de tales unidades de observación varía en un continuo de molaridad-molecularidad, ya que cualquier conducta puede ser descrita en una serie de aspectos de mayor o menor especificidad.
2.4 Interacciones
En ocasiones la unidad a observar no está formada, tan sólo, por una/s conducta/s previamente descrita/s, sino por la relación secuencial entre dos eventos procedentes de dos o más personas o entre una persona y una dimensión ambiental. Estas unidades de análisis son fundamentalmente utilizadas por los evaluadores que persiguen la indagación de las relaciones funcionales entre eventos.
2.5. Productos de conducta
Dos tipos fundamentales de observaciones pueden incluirse en este apartado: los productos de conducta procedentes de las ejecuciones del sujeto en el pasado, también denominados por los autores «medidas no reactivas»3, y los productos de ejecuciones que el sujeto realiza a partir de determinadas tareas que el evaluador le presenta.
2.6. Unidades de medida (¿qué medir de la unidad?)
Como señalan Johnston y Pennypacker (1980), no deben confundirse las unidades de observación con su especificación cuantitativa, ya que «las unidades de análisis y las unidades de medida están relacionadas en base a que la existencia de unas permite la designación de las otras y, desde luego, no son equivalentes» Así, independientemente de observar conductas, interacciones, atributos, etc., a la hora de dar una versión cuantificada de ellas habremos de proceder a la selección de las unidades de medida que van a ser adoptadas.
Ocurrencia:
En ocasiones, lo que interesa es la ocurrencia de un evento; es decir, la constatación de si un fenómeno se da o no. Así, por ejemplo, sucede cuando pretendemos saber si un niño se sienta o no se sienta a una determinada edad o si moja o no moja la cama. En este caso, el todo o nada en la aparición de la unidad de análisis en cuestión no se relaciona con ningún otro sistema de medida, como, por ejemplo, el tiempo. La ocurrencia es la dimensión más simple de lo observado.
Orden
En ocasiones, aparte de la ocurrencia, resulta imprescindible consignar el orden en el que aparecen unas conductas o unas categorías conductuales. Así, sabemos que en psicología existen relaciones estímulo-respuesta (E-R) o respuesta-consecuencias (R-C) y conducta-conducta (R-R) y, por tanto, puede ser necesario examinar la secuencia en que las conductas aparecen.
Frecuencia
Fundamentalmente utilizada en el registro de conductas, clases de conducta e interacciones, la frecuencia hace referencia a la extensión en la cual un determinado evento ocurre en una unidad de tiempo.
Duración
En ocasiones, la frecuencia puede no ser suficiente o relevante a la hora de expresar, en toda su extensión, un determinado evento. Él comporta- miento humano se produce de forma temporalmente extensa y, a menudo, no es reducible a actos discretos. Es decir, frecuentemente no sólo interesa recabar datos sobre la frecuencia o el orden de una determinada conducta, sino también sobre su duración.
Dimensiones cualitativas
A veces, lo que puede interesarnos prioritaria- mente son los aspectos cualitativos de una determinada unidad de observación. Así, por ejemplo, puede ser necesario conocer no sólo la frecuencia con que un escolar estudia o el tiempo total que dedica a esta actividad, sino cómo ha rendido en el tiempo dedicado al estudio; este aspecto funda- mentalmente cualitativo está en relación con la intensidad o magnitud con la que el sujeto se es- fuerce en esas unidades temporales y con la adecuación de las actividades que realice durante los intervalos de tiempo dedicados al estudio.
Técnicas de registro (¿con qué observar?)
La estructuración del protocolo o del sistema de observación es una de las condiciones de la observación sistemática por cuanto permite la replicabilidad y el control de los resultados. Pero, hasta cierto punto, la sistematización de la observación depende del marco referencial teórico del observador.
TÉCNICAS DE REGISTRO (¿CON QUÉ OBSERVAR?)
Evaluadores partidarios de los enfoques psicodinámico y constructivista suelen utilizar protocolos muy poco sistemáticos que permiten la descripción del continuo de conducta o la descripción mediante atributos de lo observa- do. Por el contrario, los observadores conductuales y los que desde una perspectiva diferencialista o médica utilizan productos de conducta emplean sistemas estructurados y estándar de observación en forma de códigos de categorías de conducta o de protocolos tipificados de recogida de datos.
3.1. Registros narrativos
Etólogos, psicólogos sociales constructivistas, ecólogos y fenomenólogos suelen efectuar minuciosos registros narrativos de lo observado. Los evaluadores que realizan descripciones sobre lo observado suelen dejar constancia de sus observaciones mediante registros narrativos o descriptivos, de la misma manera que otros investigadores naturalistas. Tales registros presentan un formato flexible para permitir recoger muy diferentes características y modalidades de las actividades de los sujetos, y, por tanto, el protocolo que los sustenta no presenta especificidad más allá de la fecha de registro y las circunstancias generales de la sesión (tiempo, lugar, personas presentes y otras circunstancias potencialmente relevantes).
3.2. Escalas de apreciación
Basadas en técnicas escalares (rating scales), las escalas de apreciación, o estimación, son utilizadas cuando se pretende la cuantificación, calificación o clasificación de las actividades de un sujeto según específicas definiciones conductuales, dimensiones o atributos de personalidad previamente establecidos.

Los protocolos observacionales de conducta
También llamados listas de rasgos (Anguera, 1991)—contienen una serie bien especificada de conductas, encuadradas o no en clases y con o sin indicación de antecedentes o consecuentes ambientales de las mismas. En resumen, a través de estos protocolos observacionales se tienen en cuenta conductas, clases de conductas y relaciones funcionales entre éstas y otros eventos ambientales.
Dos son los más frecuentes protocolos observacionales: los registros de conductas, las matrices de interacción y los mapas de conducta.
3.3.1. Registros de conductas
Se trata de la agrupación de una serie de eventos conductuales bien definidos que se supone son relevantes al caso que se está estudiando, sin pretender ser exhaustivo en la observación.
3.3.2. Matrices de interacción
Tales procedimientos observacionales están dirigidos, exclusivamente, a la constatación de las interacciones que se producen entre el ambiente social y la conducta; es decir, de las relaciones funcionales antecedente-respuesta o respuesta-consecuente que se producen en la interacción de dos o más sujetos humanos. En el cuadro 6.5 presentamos un ejemplo de una matriz de interacción.
3.3.3. Mapas de conducta
Como señala Anguera (1987), un mapa de conducta (también llamado en algunos textos «formato de campo») consiste en un procedimiento de observación sistemática de conductas específicas que se sitúan en unas coordenadas espacio-temporales con el fin de someterlas a un análisis de las relaciones entre la conducta y variables ambientales
3.4. Códigos o sistemas de categorías
Los procedimientos observacionales más sofisticados son los llamados códigos o sistemas de categorías o esquemas de codificación (Bakeman y Gottman, 1986; Anguera, 1991), cuyo «andamiaje proporciona soporte y cobertura a aquellas conductas que, mediante la correspondiente operación de filtrado, son consideradas relevantes de acuerdo con los objetivos de la investigación» En definitiva, los códigos de categorías conllevan la denominación, delimitación y definición de categorías de los eventos conductuales y/o contextuales que se pretende observar y articulan y regulan cómo se va a llevar a cabo la observación.
3.5. Registro de productos de conducta
Ya se ha dicho, al describir las unidades de análisis utilizadas en los métodos observacionales, que los dos grandes grupos son los datos observacionales no reactivos y los resultados de ejecuciones en situaciones naturales o artificiales. Ambos tipos de observaciones conllevan, en su mayor parte, el registro de medidas físicas tales como: metros cuadrados de césped destruido, kilos de desecho recogidos, número de botellas de alcohol consumidas por un alcohólico, número de cartas escritas por una mecanógrafa, etc.
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3.6. Procedimientos automáticos de registro
En el intento de convertir la observación en un método de máximas garantías de rigor científico se han construido dispositivos automáticos de registro que facilitan la tarea del observador, descontaminando la actividad de los sesgos que ocasionan las anotaciones del propio observador, así como tratando de paliar los efectos de la reactividad de los sujetos observados.
Tales procedimientos pueden dividirse en tres grandes grupos:
1. Medios técnicos de registro auxiliares del observador.
2. Aparatos de registro a distancia que disminuyen la reactividad de los sujetos observados.
3. Técnicas de amplificación de la respuesta que permiten la medición de comportamientos encubiertos, privados o poco accesibles.
3.6.1. Medios técnicos de registro
Existen múltiples métodos mecánicos y electrónicos de registro que han sido descritos por Anguera (1981, 1991). En los últimos años se han incrementado las posibilidades de registro de eventos (comportamientos, categorías de conducta, etc.), e, incluso, las modernas agendas electrónicas, relojes electrónicos de función y teléfonos móviles permiten el registro de cualquier observación. Aparte de estos medios generales existen procedimientos desarrollados para la observación (que, además, se ven complementados con otras utilidades como la autoobservación y autorregistro, así como el registro de respuestas fisiológicas) en situaciones naturales como el AMBu (Fahrenberg, 2003).
3.6.2. Aparatos de registro a distancia u ocultos
En los últimos años, y con el fin de maximizar la validez externa de los datos obtenidos en el laboratorio, han sido elaborados procedimientos de telemetría que abarcan el registro de respuestas fisiológicas, así como ciertas conductas motoras. Los dispositivos telemétricos constan de un transductor y un radiotransmisor que lleva el sujeto y que permite el registro de determinadas respuestas a distancia. En el capítulo siguiente, dedicado a las técnicas objetivas, nos detendremos en estos procedimientos.
3.6.3. Observación mediante aparatos
La conducta también puede ser registrada a través de procedimientos mecánicos, eléctricos o electrónicos de forma que el observador humano es sustituido, casi totalmente, por un aparato.
4. MUESTREO (¿CUÁNDO Y/O A QUIÉN OBSERVAR?)
Los eventos conductuales ocurren en un tiempo y una situación determinados; de ahí que una de las tareas que ha de emprender el observador sea establecer no sólo qué observar, sino cuándo y cómo ha de hacerlo. Además, los agentes de esos eventos pueden ser más de uno, por lo que en esos casos deberemos planificar a quién observar. Lo que tratamos con todo ello es de obtener muestras significativas y representativas de los eventos observados, según las unidades de medida (ocurrencia, frecuencia, duración, etc.) previamente seleccionadas.
4.1. Muestreo de tiempo
La observación comprende una serie de tiempos:
1. Durante cuánto tiempo va a observarse.
2. Cuántas sesiones van a realizarse.
3. Con qué periodicidad.
4. Con qué intervalos observación/registro (en su caso).
4.2. Muestreo de situaciones
Con el fin de comprobar la generalidad de las conductas objeto de estudio o su especificidad y, en definitiva, el universo de generalización de las situaciones, en ocasiones, ha de utilizarse procedimientos de muestreo de situaciones. Esto ocurre fundamentalmente cuando se asume que el comportamiento varía en función de los estímulos externos y de sus propiedades funcionales. Pero también, desde otras perspectivas, será útil comprobar en qué medida determinados comportamientos son estables a través de distintas situaciones o, por el contrario, dependientes de ellas.
4.3. Muestreo de sujetos
Supongamos que nuestro objetivo de observación no está relacionado con las actividades de un solo sujeto (o sus interacciones) sino de un grupo de individuos. Evidentemente, el muestreo de los sujetos estará en íntima relación con los restantes tipos de muestreo. Así, será difícilmente compatible utilizar el registro de eventos cuando se trata de observar a más de dos sujetos a no ser que el número de conductas a observar sea muy escaso y permita dedicar atención a todos los sujetos presentes y anotar si las conductas o interacciones a examen se dan o no. Las dificultades que obviamente se producen en estos casos hacen aconsejable y preferible utilizar muestreo de intervalos y de sujetos simultáneamente; es decir, que en el primer intervalo se observa al primer sujeto, en el segundo al segundo, y así sucesivamente.
5. LUGAR DE LA OBSERVACIÓN (¿DÓNDE OBSERVAR?)
En líneas generales, cuando se habla de observación sistemática se está haciendo referencia a aquella que se produce en la situación natural.No cabe duda de que el objeto prioritario del método observacional es el de recoger datos sobre la conducta en el lugar habitual donde ésta ocurre (Anguera, 1978, 1991, 2003b). No obstante, la observación natural resulta en ocasiones imposible (por razones que luego veremos); en estos casos, en lugar de renunciar a ella, puede optarse por utilizar técnicas observacionales (muchas veces pueden ser incluso las mismas) en situaciones controladas de laboratorio también llamadas situaciones análogas.
5.1. Observación en situaciones naturales
Como se sabe, en psicología se han criticado ampliamente las posibilidades de generalización de los datos procedentes del laboratorio propios de la investigación experimental. No vamos a extendernos en ello porque corresponde a otras disciplinas metodológicas. Sí conviene recordar que hoy en día se está haciendo especial hincapié en la validez ecológica de los hallazgos psicológicos, por lo cual prima la validez externa (generalización de resultados) sobre la interna (control experimental).
Todo esto es importante por cuanto justifica la importancia que, en los últimos años, está teniendo la observación en situaciones naturales en evaluación.
5.2. Observación en situaciones artificiales
Cuando no es posible (por las razones más arriba mencionadas) realizar la observación en situaciones naturales, podemos replicar artificial- mente tales ámbitos —concretamente aquellos seleccionados como objetos de estudio— y observar las actividades del sujeto en ellos. A este tipo de observación se le ha llamado «artificial», con métodos «análogos» o de «laboratorio».
6. GARANTÍAS CIENTÍFICAS DE LA OBSERVACIÓN
Como todo procedimiento de recogida de información, la observación ha de presentar una serie de garantías que prueben su valor científico.Tales garantías son las de fiabilidad, validez y/o exactitud de lo observado. Es decir, aquí, como en cualquier otra técnica de medición, son relevantes las cuestiones siguientes: ¿hasta qué punto los da- tos de la observación son objetivos?, ¿en qué medida los registros procedentes de unos determinados períodos y situaciones son generalizables a otros momentos y otros ambientes?, ¿hasta qué punto lo que se observa representa todo lo que se desea o se supone es observado?, etc.
6.1. Fuentes de error de la observación
Tres son las fundamentales fuentes de error de la observación, procedentes del sujeto observado, del observador y del sistema de observación elegido.
6.1.1. Procedentes del sujeto observado
Se ha dicho que uno de los problemas capitales de la observación radica en que los sujetos observados pueden modificar su conducta por el solo hecho de saberse observados. A esta fuente de sesgos se le ha llamado reactividad.
6.1.2. Procedentes del observador
Cuando un proceso de recogida de datos o de información es llevado a cabo por un ser humano, éste introduce una importante fuente de errores que necesariamente va a contaminar los resultados derivados de dicho proceso. El propio observador, sus sistemas psicológicos y sus receptores sensoriales suponen los dispositivos de registro más importantes en el proceso observacional, ya que —en la mayoría de los casos— aquel es el que recibe, selecciona, codifica y analiza la información.
Grados de participación
A lo largo del capítulo nos hemos venido refiriendo indirectamente a los distintos grados posibles de participación del observador en la situación de observación. Podemos establecer tres posibilidades: observador no participante, observador experto pero que está presente y es visible en la situación de observación y, final- mente, observador allegado al sujeto que es en- trenado para observar.
Expectativas
Estudios sobre metodología experimental han puesto de manifiesto la fuente de sesgos que pueden suponer las expectativas que el observador lleva a la situación experimental y/o correlacional. En efecto, parece demostrado (Rosenthal,1966, 1976) que el observador, ciertamente, introduce involuntariamente sesgos importantes, lo cual ocurre en los distintos momentos del proceso observacional, por ejemplo: a) al elegir el sistema de observación; b) al registrar las conductas o categorías conductuales consonantes con sus hipó- tesis previas, y c) al seleccionar el diseño estadístico de análisis de los datos procedentes de lo observado.
Entrenamiento
Que el observador —cualquiera que sea su grado de participación— sea previamente entrenado en la tarea de observación es de vital importancia para la obtención de datos objetivos y precisos. Antes de proceder a la observación, el evaluador ha debido procurar el entrenamiento de los observadores en el sistema de observación que haya seleccionado.
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